Culturas y pueblos ancestrales
Un hecho traumático siembra la semilla y nosotros nos encargamos de regarla a diario con otros tantos rechazos, así aprendemos a odiar algo que no escogimos, aprendemos a entender algo en nosotros como “malo”. Al inicio de su documental Negra (2020), Medhin Tewolde resume la semilla que lo inició todo:
Tenía siete años cuando por primera vez alguien en la calle me llamó “negra”. Volteé a ver a quién llamaban, hasta que entendí que era a mí. Ese día supe que yo era negra, y las risas de alrededor me hicieron ver que quizá no era algo bueno”.
En la búsqueda por encontrar a mujeres como ella y entender por lo que ellas habían vivido también, Tewolde nos acerca a la realidad de una mujer afro en México. Una lucha de visibilidad que implica sobreponerse a lo que la sociedad dictamina como “malo”. En la siguiente entrevista, la directora nos acerca al proceso de crear Negra, documental que estará disponible en Ambulante en Casa el 5 de mayo.
¿Cómo surgió Negra?
Durante varios años me mantuve al margen del documental porque tenía un debate interno que no sentía del todo resuelto. Tenía que ver con la legitimidad de contar la historia de otros. Con Negra no sentía eso. Me sentía legitimada para hablar sobre cómo se vive el racismo en el cuerpo de una mujer negra porque yo misma lo he vivido, lo vivo. Eso me dio confianza. Y para hacerlo evidente, en la película parto de mi propia experiencia como mujer afro, además de buscar si lo que me había pasado a mí, también le había pasado a otras, para (re)conocernos en nuestros dolores. Pero, también para mí era importante no quedarse ahí, en la revictimización que puede traer el recuerdo de una experiencia racista. Por eso aposté también por mostrar cómo cada una trasciende esas experiencias para reivindicarse en su identidad negra, y de paso, empoderarse en el proceso.
Negra trata sobre racismo simbólico, ese que es más cotidiano. Tomar esa decisión fue difícil, porque el racismo estructural segrega, margina y mata, y eso también hay que mirarlo. Finalmente aposté por mostrar aquellas expresiones racistas más simbólicas del día a día porque creo que a veces cuando se habla de racismo estructural, se ve como algo lejano en el que “no puedo hacer nada para cambiarlo”. Y lo cierto es que cargamos con un racismo interiorizado y tan naturalizado que nos ciega ante sus atropellos. Entonces esta es una apuesta que apela al racista que muchos llevamos dentro.
La decisión de solo retratar mujeres afro, ¿buscaba aunar la denuncia racista con una de género?
En México hace falta generar muchos más referentes y reconocer todos los aportes que han tenido las poblaciones afrodescendientes en la construcción de nuestra historia, tanto de hombres como de mujeres. Yo hablo de las mujeres afro porque sí creo que entre el ser mujer y ser racializada hay una interseccionalidad que nos vulnera aún más; pero también, en este caso, retrato solo mujeres porque mi planteamiento inicial era partir de mi propia experiencia, y en este momento yo me reconozco como mujer.
¿Cómo contactaste con las mujeres de tu documental? ¿Por qué ellas?
Tuve la suerte de contar con una beca para desarrollo de proyectos y en esa etapa me dediqué mucho a investigar. Parte de esa investigación fue hacer entrevistas con cuantas mujeres afro pude encontrar. Eso me permitió encontrarme con personas e historias maravillosas y confieso que escoger a las protagonistas fue una de las cosas más difíciles de hacer. Finalmente decidí integrar a aquellas compañeras con las historias más representativas, pero también aquellas que rompieran con estereotipos o que se reivindicaran en ellos.
¿Cómo fue tu proceso para definir la estructura formal del documental?
Fue un proceso largo y, aunque a veces se tornaba confuso, fue también un proceso muy bonito. Uno de los retos, por ejemplo, fue con la edición. Revisamos cada secuencia, cada diálogo y la posible interpretación que el público pudiera tener. Ante todo queríamos evitar caer en la victimización, que el público no pensara “ay, pobrecitas”, ni caer en estereotipos que nos limitan (por ejemplo “como es negra baila bien”), sino más bien que invitaran a una reflexión sobre las veces que justamente han caído en esos prejuicios raciales.
Al inicio planteas por qué comienzas este viaje. Después de recorrerlo, ¿qué significa Negra para ti?
Ahora me doy cuenta de que hice la película que a mí me hubiera gustado ver cuando era más chica. Me doy cuenta de que contesto muchas de las preguntas que me hacía con respecto a mi identidad afrodescendiente, y que ahora sé que muchas más mujeres afro nos hicimos alguna vez.
Norahenid Morales es escritora. Egresada de la Universidad del Claustro de Sor Juana, ha publicado en diversos medios digitales. Actualmente es asistente editorial en Ambulante.
