A través de su documental, Juliana Fanjul responde a la pregunta ¿qué implica ser periodista en México? Ante esta cuestión, Silencio radio comienza con uno de los asesinatos más impactantes en la historia de la violencia contra las y los periodistas mexicanos: el homicidio de Javier Valdez. Sin embargo, la mirada decide alejarse de los titulares, de las investigaciones y boletines, para concentrarse en el dolor que causó en sus colegas, que también eran sus amigos y amigas.
Para Carmen Aristegui, protagonista del documental, ser periodista implica censura. Durante la película, ella narra el proceso tortuoso de enfrentar un mundo laboral que ha sido clausurado por fuerzas políticas incomodadas por sus trabajos periodísticos, específicamente, por el reportaje La Casa Blanca de Enrique Peña Nieto, donde denuncia un caso de corrupción encabezado por el –en ese entonces— presidente de México por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Durante varios momentos se escucha la voz de Juliana Fanjul mientras la cámara avanza por el tránsito de la Ciudad de México. En esos espacios, ella cuenta la historia que está detrás del caso de Carmen Aristegui. Habla sobre la violencia, los asesinatos, las amenazas y el miedo. En resumen, explica algo que para las y los mexicanos es “normal”. Mientras las luces de los carros siguen avanzando por avenidas que resultan familiares, se vuelve tangible que aquello que habita el espacio entre los automóviles y entre las personas, es esa normalidad que asemeja más a un vacío donde desaparecen nuestros horrores.
Tras el silencio radial, el optimismo disciplinado de Aristegui la motiva a seguir trabajando. Es en ese momento que, a través de la directora del documental, también conocemos al equipo de trabajo de Carmen. Durante esas conversaciones se develan las consecuencias íntimas de las amenazas, los allanamientos, la vigilancia y el espionaje constante. Desde rupturas familiares hasta el deterioro de la salud mental.
Todo se vuelve insostenible cuando Juliana pregunta “¿morirías por tu trabajo?”, un periodista responde que él no merece morir por su trabajo, ella señala el dolor y le recuerda que ninguno merecía morir, y aún así los mataron. La pregunta se queda sin una respuesta directa, pero la sentencia de que nadie debería de morir por ser periodista resuena en el espectador.
El documental no concluye, nos deja con la expectativa que generan las nuevas elecciones para definir al presidente de México después de Peña Nieto. Sin embargo, no se abandona la incertidumbre y afirma que
Si el nuevo gobierno propone una transformación, a pesar de la impunidad, a lo que no deberíamos renunciar es a nuestra propia memoria”.
¿Qué implica ser periodista en México? Ante todo, es una llamada al trabajo.
Roberto González es estudiante de Ciencias de la Comunicación con especialización en Periodismo en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Ha sido voluntario en Ambulante Gira de Documentales durante dos años y actualmente realiza el servicio social ahí. Sus intereses son el periodismo social y la crónica.