Cuando algunos apicultores de Hopelchén, Campeche, se dieron cuenta de que las abejas estaban desapareciendo a causa del impacto ambiental provocado por la siembra de soya transgénica, emprendieron un proceso organizativo en defensa de bosques, distintas especies animales, plantas medicinales y el territorio de los pueblos mayas. Estos están constituidos, además de tierra, por estructuras sociales y culturales milenarias que, debido a la devastación perpetrada por la agroindustria, se enfrentan a daños irreversibles de dimensiones catastróficas. La película ¿Qué les pasó a las abejas?, de Adriana Otero y Robin Canul, acompaña esta lucha por la vida.
Se trata, en primera instancia, de una preocupación por documentar lo que está en peligro de desaparecer, como un medio para preservar y difundir —en un sentido crítico— la problemática que afecta no solo a la región del sureste, sino a muchas partes de México y el mundo. En un fragmento del documental el activista Gustavo Huchín viaja a Argentina para encontrarse con un joven gravemente afectado por el veneno de las fumigaciones aéreas, sumido en una lenta agonía. El panorama es desolador, pero también queda en evidencia la posibilidad de articularse globalmente “desde abajo” para buscar alternativas que no antepongan los intereses económicos a la dignidad de las personas y el medio ambiente.
Incentivados por los gobiernos, los megaproyectos operan bajo lógicas sumamente perversas, ejerciendo el monocultivo en tierras no aptas, deforestando, cerrando lagunas, contaminando el agua, utilizando pesticidas y herbicidas tóxicos, precarizando el trabajo y generando estrategias de choque para resquebrajar cualquier indicio de subversión y comunidad. Las abejas, sin embargo —parecen decir quienes las han observado toda la vida—, desprenden de su secreta organización un ejemplo diferente: el de la resistencia.
Rafael Guilhem es crítico de cine en la revista El antepenúltimo mohicano, y miembro del comité preseleccionador en Ambulante Gira de Documentales. Ha colaborado con FICUNAM, y publicado en medios como La Tempestad e Icónica. En 2017 formó parte de la sección The Video Essay del FILMADRID con su trabajo titulado Taiwán es una ventana: el cine de Edward Yang.
Este texto se publicó en la versión impresa de La Revista Ambulante, a la venta aquí.
