No hay infierno más tormentoso que el de la crueldad acompañada de impunidad. En este infierno no son las llamas las que consumen a las almas, en este infierno es la ausencia la que lucha con ellas. Nadia Murad es la encarnación de la resistencia yazidí, quien después de ser testigo de cómo aniquilaron a los varones y secuestraron a las mujeres de su pueblo, se ha dedicado a recorrer el mundo para darles voz y hacerles justicia.
En sus hombros, documental dirigido por Alexandria Bombach, narra el dolor de una sociedad entera, encarnado en una mujer. A los 19 años, Nadia fue testigo de cómo el Estado Islámico (EI) asesinó a todos los hombres de su pueblo para llevarse a todas las mujeres y trasgredir sus cuerpos sexualmente.
La ruta de su vida cambió radicalmente, “me gustaría que la gente me hubiese conocido como una excelente costurera, una excelente atleta, una excelente estudiante, una excelente maquillista o granjera. No quería que la gente me conociera como víctima del terrorismo del EI”, dice Nadia mirando fijamente a la cámara.
La dirección de Bombach nos envuelve en lo abrumador que es cargar con un pasado que nunca te suelta y la presión de los medios por querer saber cada detalle, pero la fuerza y la resiliencia habitan en el rostro de Murad, a quien atacaron, al igual que a sus amigas, familiares y a su pueblo entero.
El morbo mediático la ha acosado con preguntas que no vale la pena responder, mientras ella se cuestiona por qué se ha permitido que esto suceda, dónde están todas esas mujeres que conoció y vio cómo las maltrataron o por qué nadie hace nada por salvarlas. Las dudas importantes han trazado el camino de Nadia y la llevaron a los tribunales del mundo, para que el infierno que vivió sea condenado en manos de la justicia internacional.
El testimonio del horror que experimentó la condujo a encontrar su misión en el mundo. Sin querer serlo, Nadia Murad se convirtió en una activista de talla internacional que clama por los derechos humanos, y esto la llevó a obtener el Premio Nobel de la Paz en el 2018, a sus 25 años.
Con la mirada firme, Murad dice que “para una niña de mi edad, es algo demasiado grande. Es grande, pero nunca será más grande que el sufrimiento y las injusticias que nos pasaron. Como mujer, me gustaría decirle a la gente que esto me pasó”. Y en sus palabras comprendemos la dureza de encarnar una lucha y de dedicarse a difundirla frente a los medios.
Paulina Martínez es una viajera de vidas que nació en la Ciudad de México y a sus veinticinco años ya es la exnovia del patriarcado. Estudió la licenciatura en Escritura Creativa y Literatura en la Universidad del Claustro de Sor Juana. Ha participado en los proyectos Micromachismos y Violencia de género política del Centro de Estudios para el Adelanto de la Mujer y la Equidad de Género (CEAMEG) y es editora en Villamil Informa.
