Las brujas del oriente

Sinopsis

Final de voleibol en los Juegos Olímpicos, Rusia-Japón, 1964. El equipo de jugadoras japonés se ha vuelto objeto de culto tras 258 victorias seguidas, y decenas de series de anime y revistas de manga inspiradas en ellas.

Ante una historia tan fascinante, que las protagonistas recuerdan cincuenta años después, irrumpe el archivo con una fuerza impetuosa. La investigación y ensamblaje que realiza Julien Faraut a partir de los registros que el comité olímpico japonés y el Institut National du Sport tenían de las sesiones de entrenamiento es exquisito por la creatividad y destreza con la que se narra el universo de estas jóvenes jugadoras. El magnetismo de esas imágenes en 16 mm, extraordinariamente filmadas, hace dudar de su verosimilitud, en un tiempo en el que la recreación está volviéndose una práctica documental recurrente. Pocas veces un registro de esas características resultó tan cinematográfico.

Las brujas del oriente propone mirar las imágenes de nuevo, con un asombro restituido ante las posibilidades que ofrece su reescritura. Ese ejercicio de memoria audiovisual inédita nos invita a reflexionar acerca de los lugares desde los que se trabaja el archivo hoy, la reutilización de las imágenes públicas y la responsabilidad que conlleva resignificarlas en el momento presente.

Pero el ejercicio de arqueología va más allá. También asombran las secuencias de anime y de cine industrial rescatadas y la película, entonces, adquiere formas desbordadas. El montaje nos conduce por un torrente visual que explora el ritmo maquínico de las posguerra. Prevalece en la propuesta narrativa la emoción de un viaje glorioso hacia la victoria, que en esta ocasión no protagonizan hombres, como sucede en tantos documentales deportivos.

Las brujas del oriente combina ese tiempo presente de las jugadoras de voleibol más famosas de la historia con los diferentes tiempos de los archivos en un ejercicio de apropiación-compilación-collage sublime.

Comité de Programación

Semblanza

Julien Faraut (Francia, 1978) es un documentalista francés. Estudió historia, lo que le permitió trabajar para el INSEP de París, donde supervisa la colección de películas en 16 mm, con ella Faraut realiza sus propios ensayos visuales, combinando la historia del deporte y el arte documental. Su documental L’empire de la perfection (2018) ganó el premio público en la Berlinale.