“Where have you been all my life?”, se escucha en una de las primeras escenas, mientras una joven baila en la sala de su casa. Vale la pena parafrasear a Rihanna: ¿dónde había circulado todo este tiempo Living Stars? Durante 2014, cuando el documental se produjo, Tik Tok aún no alcanzaba su boom, pero los directores ya tenían idea del impacto que producía ver bailar a distintas personas en cocinas, habitaciones, patios, talleres mecánicos, jardines, azoteas o cocheras. Mariano Cohn y Gastón Duprat han dirigido infinidad de proyectos juntos. Una de las particularidades de esta película rodada en Argentina es que, por medio del baile, se logra cohesionar a gente de diversas edades, oficios, profesiones o clases sociales.
Existen asuntos que se descifran mediante el raciocinio; otros se aprehenden al hacerse o viendo cómo se hacen. Bailar es el mejor ejemplo. ¿Por qué bailamos? Si se piensa en la naturaleza del rito, el movimiento del cuerpo al ritmo de la música apela a la reproducción del origen, a los primeros acontecimientos, a la esencia. Basta recordar las bacanales, donde las mujeres danzaban en honor al dios de la agricultura y las cosechas. De la Antigüedad a nuestros días, el baile involucra numerosos motivos que, pese a su multiplicidad, suelen coincidir en el impulso de vivir.
El documental también muestra a personas que comparten de manera cotidiana el espacio con los que bailan. Aquellas no necesariamente los observan, en ocasiones teclean una computadora, comen o ven la televisión. En su cotidianidad, el baile puede parecerse a un animal al que estamos acostumbrados, una mascota tendida en la alfombra. La magia de la película reside en su fuerza para despertar el instinto de moverse en el espectador, de celebrar la vida.
El 8 de mayo Ambulante en Casa presenta Living Stars. Bailemos este viernes, no importa si lo hacemos en la esquina de la habitación.
Sabina Orozco (Oaxaca, 1993). Estudió Letras Hispánicas en la UAM. Ha publicado textos críticos y de ficción en medios como Este País, Tierra Adentro, Milenio y Punto de Partida. Fue becaria en la Fundación para las Letras Mexicanas en el área de Narrativa.