Hablar de mujeres en la música muchas veces se reduce al pop, uno de los lugares más habitados por chicas, porque usualmente se piensa como música para mujeres. La realidad es que ellas cantan, pero quienes crean las canciones son hombres en su mayoría.
La música es un mundo de hombres donde las mujeres tienen un espacio muy particular: son musas, son groupies, son bailarinas, son la cara bonita frente al mundo. El trabajo creativo y la música que vale la pena, es trabajo de hombres. Al punto en que los festivales de música pocas veces tienen bandas con alguna integrante femenina o una solista como headliner, ya ni hablar de una banda conformada totalmente por mujeres.
“Nosotras creíamos que éramos las únicas chicas haciendo música”, escuchamos en una voz en off que da inicio a Una banda de chicas, de Marilina Giménez, un documental que aborda la escena musical femenina en Argentina. Una cinta coral de sus principales exponentes, que viven en el underground, teniendo trabajos alternativos para cumplir su sueño, pero rompiendo con los estereotipos de la industria musical.
Marilina Giménez dejó el bajo en Yilet para tomar la cámara y contar historias. La primera es la exploración del mundo que desconoció en algún momento. Entrevistando a chicas que mantienen viva una escena a pesar de que el mundo les dice a cada momento que no deberían de estar ahí.
Con palabras de las integrantes de Chocolate Remix, Kobra Kei, Kumbia Queers, Las Kellies, Las Taradas, Liers, Miss Bolivia, Sasha Sathya, She Devils, e incluso las exintegrantes de Yilet, que ahora forman parte de Ibiza Pareo, Giménez retrata presentaciones, giras, el backstage, y los testimonios de mujeres que luchan a diario para estar ahí.
Ser mujer no es fácil, y menos es serlo en un mundo de hombres. Pero a pesar de las obvias dificultades, Una banda de chicas mantiene un tono optimista y festivo, incluso en los momentos más duros, como al narrar la violencia que han vivido en el escenario y fuera de él. Las mismas participantes reducen sus palabras al hablar de los abusos que han sufrido al ser parte de un medio nocturno que invita al “descontrol”, la respuesta es evidente: todas han sido víctimas de una forma u otra, pero nadie decide ahondar. Giménez prefiere que un momento más adelante hable por todo aquello.
Sasha Sathya, la rapera trans, salía junto a sus amigas después de una tocada hablando de lo bien que la habían pasado, se dirigían a una fiesta cuando un polisón evidentemente ebrio se une a la comitiva sin ser invitado. Santhya es quien lo nota y después de que el hombre no acata la orden de irse, la rapera le da un cabezazo seco en el rostro.
Giménez graba como testigo una situación que las mujeres que hemos salido de fiesta hemos vivido más de una vez, pero en esta ocasión con una respuesta violenta, la cual habla visiblemente del contexto en el que ha vivido Sathya, el cual se ahonda después. Cada una de las mujeres ha tenido su propia lucha para estar donde están.
Una banda de chicas encuentra en las mujeres que forman parte del documental un abanico de experiencias femeninas como la maternidad, las sexualidades disidentes, las luchas políticas feministas, la expresión de la sensualidad. Pero sin dejar de lado la música, con increíbles performances de las bandas apropiándose del escenario con diversos géneros musicales.
El documental de Giménez es además una carta de amor a sus antiguas compañeras de banda en Yilet. Gracias a la búsqueda de mujeres en la música se vuelven a reencontrar con ellas, ahora desde su nuevo proyecto, pero con un velo de nostalgia hacia los tiempos en los que disfrutaban de hacer música juntas.
La ópera prima de Marilina Giménez es una obra coral que busca demostrar que estaba equivocada al creer que eran las únicas haciendo música: la respuesta está en los últimos frames, cuando la pantalla de a poco se va llenando de nombres de bandas de chicas. Ellas son solo la punta del iceberg de un mundo que existe y que retumba sin pedir permiso.
Norahenid Morales es escritora. Egresada de la Universidad del Claustro de Sor Juana, ha publicado en diversos medios digitales. Actualmente es asistente editorial en Ambulante.